La paciencia de Dios

La paciencia de Dios es inmensa para salvación; es decir, no porque sea tolerante con el pecado, sino, porque es Misericordioso y espera que nos volvamos de nuestro mal proceder. Pero ésta tiene un límite, cuando se agota ejecuta sus juicios irremediablemente.

«El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.» 2 Pe 3:9

¡No tardes!

—SG

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